Rómulo Mar

Rómulo Mar nació en la aldea Los Planes del municipio de San Juan Ermita, Chiquimula, el 16 de diciembre de 1958.

Es Locutor Profesional graduado en la Universidad de San Carlos de Guatemala. Durante 25 años laboró en radios de la provincia y de la ciudad capital del país. Fundó y dirigió el periódico impreso mensual el Revisor.

Publicaciones: 1- El Invento –Cuentosutiles- (Ed. El Rosario, 2008, Create Space 2014). 2- El cazador de tropos (Ed. El Rosario, 2009). 3- El Volumen del Misterio -novela- (Ed. El Rosario, 2010; Create Space, 2014). 4- Diario de Creación (Ed. El Rosario, 2011, Create Space 2014). 5- Manojo de Luces -poesía- (Create Space, 2014). 6- Cuentos de San Juan -colectivo- (Graficentro, 2016). 7- El Poder de los Espejos -cuentos- (Ed. El Rosario, 2017). 8- Mírame -poesía- (Ed. El Rosario, 2017).

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ESCRIBIR

Escribir es irse

            entregando

ir deshojando la vida

dejar la piel

     en el pavimento

           rasgarse y deconstruirse

despojarse de las vestiduras

         mortales \ trascendentales

dejar caer cada letra de la existencia

                una

                        a

                            una

  hasta quedar

               solo en la página

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QUITÁNDOME LA RESACA (05:10 am)

Me serví unos versos
y apuré el vaso.
Fue un fogonazo
en la garganta
del alma.

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LA TIERRA

La tarde se quiebra

en las montañas de abril

y cruje como sandía

en labores de parto.

El hombre brota en lontananza,

cansado se seca la frente

y resopla.

Otra jornada ha terminado.

La tierra agradecida se enciende

y entrega sus frutos.

Es el momento de tender

una oración al creador

como lluvia que fertiliza

y reverdece el campo.

Así debe ser

para que el plan se cumpla.

Amén.

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LLUEVE SOL

Llueve sol
Los goterones de luz
caen en la sombrilla
y se deslizan
                      de puntillas
y se juntan abajo.
Se van de la mano
                         corriendo
              y se quedan navegando
en barquitas de papel aluminio
Y se quedan jugando
                                     en
                                 remolinos
                       y espirales
                                Y mojan todo
      llenándolo de playa encendida
También invaden un bosque cercano
donde a veces un brillo
            se sostiene temblando
                    en la punta de una hoja
       y nunca se cae
Llueve sol
               Un sol-o goterón
del tamaño del mundo
Cuánta frescura calienta el ambiente
            Llueve torrencial luz
miles de  c a b a ll o s  en estampida
   lavando las sombras
sombras que patalean
                       y se ahogan
   crepitando sus voces
   en nuestro olfato amarillo
Llueve sol en inundaciones
Llueve sol en diluvio
Llueve una tormenta de luz.

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AMARTE DESPACIO

Yo quiero amarte... despacio,

que el amanecer se prolongue

se prolongue tanto

que parezca no terminar,

que las noches tibias

siembren y cosechen el trigo,

amasen el pan de la ternura

y lo cuezan a fuego lento.

Yo quiero amarte... despacio

como escribiendo una novela,

cada día a cada hora

pasando cada página

después de ver brotar y volar

millones de pájaros en cámara lenta.

Yo quiero amarte... despacio,

que en cada beso que pegue

me equivoque creyendo

que en lugar de acabar

estoy por empezar.

Yo quiero amarte... despacio

como contando las estrellas,

las arenas del mar

y todas las hojas de otoño.

Yo quiero amarte... despacio

con los tiempos de los jubilados

con el amor que nunca se agota

como el rosa de las rosas

o como el morado del guayacán

que en el mundo reposan.

No es cosa de bomberos inactivos,

es de mantener la temperatura,

de conservar la fuerza 

y soltarla por goteos.

Yo quiero amarte... despacio,

con los pasos del abuelo,

con la velocidad de las tortugas

o de un trámite gubernamental. 

Con el carro estacionado

en la estación de los apagados,

con los versos más largos,

con los relojes detenidos,

con los olvidos intencionales,

con los sueños dormidos

y las acciones en pausa,

para que el amor

nos-du-re-to-da-la-vi-da.

 

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DESPACIO... SIN PRISA…

  Que el chef del tiempo

               cortara cada minuto en pedazos, 

               lo sazonara contando una grata historia 

                y lo cocinara sobre leves chispas. 

 

Desacelerar el tiempo

quisiera

que se fuera lento.

Poder verte el rostro

hasta retrocediendo.

Que cada segundo se detuviera

a contar sus milésimas de segundo

en las estaciones de un mar profundo 

y que cada minuto fuera niño

sobre piso pegajoso

aprendiendo a caminar

 

o que caminara rengueando

      /cuesta arriba

 sobre arena suelta  
 

- minutos golpeando al tiempo

 para dormirlo o matarlo -

 

Que el sábado transcurriera

despegándose del viernes...

con pesadez mundial.

Verte despacio es lo que quiero,

sentir que mis ojos

se te quedan viendo como idos, 

sin parpadear,

apacible, sereno, manso,

contemplar tu figura que va

y se queda en cámara lenta.

Que tu historia

se vaya escribiendo sola,

palabra por palabra,

párrafo por párrafo,

en una página inmensa

a lo largo y ancho

de la panza de un año.

Que sea un tiempo paciente

y deje de ser surtidor de segundos

y se seque para siempre.

- segundos de piedra y lodo -

Que se congele el río de segundos

o se detenga y permanezca

bañándose así mismo eternamente.

O que vaya tan lento

que los relojes no resistan

y luego se descompongan.

Un tiempo orillado, destictaqueado,

olvidado en la bolsa de la camisa

de un recuerdo olvidado.

Que al amanecer el sol

se detenga a chatear

con la luna

y se le olvide avanzar.

Que sienta que la vida

va discurriendo compasiva.

El tiempo ya tan gastado

se rindiera y se sentara

a ver pasar el tiempo:

¡Cómo tarda la hora en pasar!

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QUÍTATE EL VESTIDO

Oye, qué te cuesta

fingir un atraso,

comentar que el aire estaba raro,

despedazar las horas

y darme tu amor

en segundos largos.

Descalza la prisa         allá afuera

y entra desempleada

desempolvando la risa,

libre de compromisos,

a mis aposentos eternos.

En la entrada quítate el vestido

del pudor y los miedos,

alcanza la naranja del recreo

y arroja al viento el paraguas.

Ponte la ternura en las manos

y en los labios la miel del deseo

y apura sin desdén

la copa del placer entero.

Finge atasco vehicular,

que pinchas una llanta

y que el mecánico no está.

El día se hará entonces

cómplice de flores

y de fiestas crepusculares.

El día se hará...             sandía.

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DECADENCIA

Cuántos abrazos mueren

en el deseo

Cuántos besos naufragan

en el líquido del destierro

Las caricias se arrastran

con el ruido del desprecio.

Muchas palabras quemadas,

y la desolación se

profundiza

 

Los abismos de la desesperanza

se levantan victoriosos

y cantan con la garganta mía.

Celebran las derrotas

en su bosque denso

y la neblina de la tristeza

se expande y ciega mi aliento.

 

El murmullo del final

toma por asalto el volumen alto

y apaga por completo

cualquier intento de sublevación

sublevación de mis sentimientos

en la flor de su protesta

y la lágrima temblando

                            temblando

                                            temblando

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TE PRESTO

Te presto mi corazón

y mis ojos para llorar

y mi alma para estar tristes.

Y mi pecho y mi voz

para gritar la desgracia.

Te presto estos brazos grises

para arrastrar las piedras juntos.

La bolsa de mis pensamientos golpeados

para arropar a los tuyos.

Te presto las migajas de mi valentía

para emprender una retirada.

La sal de mis días

y mis lágrimas aún sin consumir.

Los paisajes fugaces 

que refrescan mi vista y mi piel.

La temperatura de mi alba

que nace de la muerte

y la busca de nuevo.

¿A dónde va el dolor a esperarnos

mientras reímos?

¿A dónde la pena

con todos sus estropajos

sin guardarlos para devolverlos

tan pronto como cree?

¿A dónde los pájaros de cristal,

los espejos del agua blanca,

las espirales del humo

de mis fantasías azules?

¿A dónde el goce inefable

de un beso apasionado?

El viento parece secarse

en las manos de la pena.

El silencio se ve pesado

y el amarillo marchitarse...

Te presto mi corazón

y mis ojos para llorar

y mi alma para estar tristes.

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MIL Y UNA PUERTAS

¡Sal a la calle tú

antes que salga el sol!

Cruza puertas

todas las que puedas

Atraviesa puentes

todos los que puedas

surca los océanos

ve siempre más allá

sostén el mundo

 

en tus manos

     arriba

 

y mira hacia

Cultiva en los caminos

del mundo

cosecha

en los caminos

puertas

puentes

océanos

conquista el universo 

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MOCEDAD

Aquí estás de nuevo

con tu eternidad 

a punto de terminar,

fogón encendido intensamente

a punto de apagar.

Flor de la flor

pétalo delicado en el cenit de la fuerza

cerca de machucar.

Fogosidad reventada en volcán

manantial que muerde la exuberancia

a punto de menguar, luna

belleza que declina.

El río de Heráclito

juventud que viaja a la vejez

irremediablemente

rodando hacia la muerte

eternamente fugaz

golosina, minuto, viento

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CON MI PROPIA ARMA

No se preocupen por mí

he decidido arder

en mi propio fuego

probar mi propio veneno.

Busco amanecer

en la peor tarde

para inmunizarme o perecer.

Que si no resisto

me podrán acusar

con sus lapidarias frases.

Unos dirán se acobardó

otros que fui valiente.

Si es el final,

ya nada importará.

Pero si el ave fénix

me viste

saldré como arco iris

correteando por los patios del mundo.

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NO ME DIGAS QUE YA ES TARDE

No me digas que ya es tarde

Tengo todas las lágrimas

juntas en la puerta, 

saben que van a llorar.

No me digas que ya es tarde

La noche despierta y amenaza,

tiene toda la oscuridad dispuesta.

El corazón no lo va a aguantar

el dolor empieza a tocarlo,

 

todo el dolor está esperando

No me digas que ya es tarde

Mira el amanecer,

escucha los pajarillos cantar,

recréate con las mariposas y las flores…

 

¡hay fiesta en la vecindad!

No me digas que ya es tarde!

frena el contratiempo,

voltea las horas,

 

sepulta el funesto momento.

La vida tiene sus altibajos,

pero también tiene colores

y se viste de maravillas

 

en otoño como en primavera.

Que ya es tarde, ¡no lo digas!

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INFINITAS VECES

Infinitas veces uno quiere salir detrás de lo que perdió.
Infinitas veces uno vuelve sin nada.
¿Cómo remediar lo que parece irremediable?
¿Cómo ponerle alegría a la tristeza tan palpable?

El viento sopla. Las ramas de las plantas se mecen.
El sol dora los techos de las casas.
Una paloma canta.

¿Cómo apago esta angustia que me ahoga?
¿Cómo ahogo esta angustia que me apaga?
¿Cómo si cada vez vuelvo sin nada?
¿Cómo?
Infinitas veces me lo pregunto...
Infinitas veces…

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INVITACIÓN II

Tengo un astillero donde fabrico
amaneceres;
amaneceres que tienen estrellas
y barriletes.

Quisiera enviarte una paloma
para que te lleve allí.
Tenerte allí.

Tengo un astillero en la cabeza
que sonríe y otro en la boca:
tengo dientes que cantan.
Tengo una fiesta que flota
en mis ropas
y bailes en mis palabras,
jardines en mis manos,
cascadas de miel en la sien.

Tengo un astillero lleno de
luz,
de magia
y de amor.
Cómo quisiera tenerte allí.
 

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GRACIAS… DE NADA

Por favor, usted, sonría
y alimente este clamor:
¡Pongan senderos de amor
y calles de cortesía!
Cedamos lugar y vía,
hagamos la vida hermosa,
pues en el valor reposa
ese corazón maduro,
ese espíritu tan puro
como pétalo de rosa.

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PARA EMPEZAR…

Para empezar,
había decidido tirarme al mar,
pero llegaste tú.
Había colgado de la viga un lazo,
por si acaso,
pero llegaste tú.

Para terminar,
había decidido mirar al frente y olvidar,
hacer de mi vida una fiesta…
Pero te fuiste tú.

 

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IMPRESIONISTA

En un día iluminado,
en pleno florecimiento de la primavera,
desplegar su caballete,
colocar el lienzo,
desnudar la paleta,
¡despertar los colores!
y deslizar el pincel
que fuera dejando en su camino
una estela en la que floreara la poesía.

El poeta quería ser pintor,
un Manet, Cézzane o Monet,
Degas, o el mismo Renoir.
Un impresionista para impresionarla,
hacerla aparecer en “Los nenúfares”
destacada su silueta por la luz
y luego conversar amenamente
en “El almuerzo sobre la hierba”.
Llevarla al deslumbramiento con van Gogh
en esa magnífica “Noche estrellada”.

El poeta quería ser pintor,
que el trazo de cada verso
soltara ese espeso olor al óleo.
Cada palabra un color
que al escribir pintara.
También quería y lo soñaba,
que por cada idea nueva
un problema se borrara.

Viajar con ella en una metáfora
sobre la balsa “Impresión, sol naciente”
y que al seguir inventando metáforas
surgieran celajes, arcoíris, mariposas.
Con ella, mucha imaginación quizá,
olvidar tanta corrupción y muerte,
la inmoralidad reinante en la nación.

El poeta quería ser pintor,
que los amarillos y rojos intensos
reflejaran toda la pasión explotando
en los rincones de su corazón.

Al final, extasiado frente a la obra,
con la ropa manchada de figuras literarias,
pasear con ella del brazo por la galería
en la romántica muestra de sus poemas.

El poeta quería ser pintor,
un pintor que quisiera ser poeta.
 

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EL ALMA EN PÉTALOS

Cuando el alma se despoja de su piel
y se muestra en carne viva,

cuando abandona su refugio
y se expone a la intemperie,

siente el sutil toque de la belleza
de todo lo que le rodea.

Entra en contacto con otras almas
en esa gran playa de la desnudez.

El alma se desarma entonces
y suelta el amor que ha guardado
y lo derrama en un grito azul y blanco;

se entrega sin ninguna resistencia,
se desmaya en lo sublime y eterno.

Mas bien, el alma se descubre así misma,
pues ve su propia belleza en lo que ve.
 

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LA VÍSPERA

Ando en un viento de fiesta
panzón de barriletes y trompos
engendro de súper héroes y quijotes
con buenas intenciones bajo el brazo.
Ando como torito de fuego
reventando las loterías en plena calle
haciéndole nudos al pesimismo
y desatando la pólvora del goce.
De este vuelo ya no me bajo
aunque me grite el desvelo.
 

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¡QUÉ NO DARÍA YO!

Por unas gotas de la tormenta de tu risa,
por un sólo golpe de tu viento,
por una ola de tu mar,
por un descanso en tu playa,
por una rendija de la luz de tus ojos.

Por una huella de tus pasos,
por una hoja de tu árbol,
por un secreto de tu cama,
por la cortina de tu ventana,
por un reflejo de tu espejo.

Por una sombra de tu presencia,
por un ave de tu espacio,
o por una nube,
¡no digamos, por una estrella!

¡Qué no daría yo!

Por una letra de tu vida,
por un calor de tu fuego,
por un ruido de tu quietud.

Por un segundo de tu tiempo,
por una equivocación de mirarte,
por un intento de besarte,
por un escalón que te baje hacia mí,
por una pizca de tu sal,
¡no digamos, por un insinuado sabor de tu azúcar!

¡Qué no daría yo!

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OTRA DIMENSIÓN

La siembro y cosecho
en los surcos de los libros.
La droga de la poesía
me tiene alucinando,
cada vez que la inhalo
me la inyecto, fumo o ingiero,
salgo huyendo,
vuelo, cabalgo o canto.
Tiene labios de vino tinto
que dan besos en el alma
y expulsan al paraíso.
Cada verso que consumo
germina en mi interior
y me brota el árbol de la abundancia
colmado de hojas y flores que acarician la vida,
lleno de pajaritos que distribuyen la alegría
por las venas y los pensamientos.
Y regalo y me regalan
la luz que desprenden
los efectos
de sus toques de duendes.
¡Divina poción, canto del cielo!
 

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Y CONTANDO

Los leños afuera apilados
van, uno por uno,
alimentando el fuego;
pero llegará el día
en que esos leños
se habrán acabado.
Dí, mucho antes de ello
cuánto me involucras;
dícelo quedito a las flores
que mi alma está en el aire.
Vamos por nuestra primavera
ahora que el sol está que arde.
¡Es ahora o nunca!
 

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 REGUERO DE GRITOS

Mi grito me sabe a hierba,
a colmena de amaneceres
y a resoplido de bueyes en la niebla.
Tengo un grito de gritos
trabado en la garganta de la paz
y en la lengua de la concordia.
Tengo un grito en la espalda
de zompopos laboriosos
que transportan hojas de esperanza.
Un grito de abrazo cálido
cocinado entre edredones de seda
en noches de invierno crudo.
Los brazos ofrezco untados
de gruesas caricias tibias
en este sonido con altavoz.
Y quiero levantar ese timbre poderoso
que desata virtudes en el desierto
y al malo vuelve bueno.
Mi grito tiene olor a piña,
a auroras salpicadas de gallos
y relojitos en los árboles.
Pero vengo sediento de gritos nuevos
que nos laven el desorden
y nos quiten la dureza de las piedras.
Vengo a dejarles mis párpados
preñados de sueños de justicia
que espero se amontonen en los vientos,
revienten en torrenciales lluvias
y golpeen con la fuerza de los mares.

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LETRARTE

¡Qué lindo es el vuelo de la lectura!
imaginar lagos arrobadores,
mares de misterios congeladores,
riscos que nos espantan por su altura
y personajes de enorme estatura.

Viajar por los aires y las estrellas,
extasiarse con las cosas más bellas.
Sentir amargura, furia, rencor;
pasión, ternura, tristeza, amor.

Además, derramarse en la escritura
es un gran goce, suprema dulzura;
y se hace honor al Máximo Creador.

Tú: sumérgete en los libros y escribe,
y sabrás que en aventuras se vive,
se toca el cielo, crece la cultura,
¡que es una dicha la literatura!

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QUISIERA UN VERSO…

Quisiera un verso
reversible, mágico, camaleónico,
que me diera inviernos y veranos,
que me invitara primaveras
y cuadros otoñales de maravilla.

Quisiera un verso
que me inundara de amor afilado,
que me hiciera cantar
y me envolviera en un baile fantástico.
Que borrara mis tristezas,
que mi dolor volviera risa.

Quisiera un verso
delicioso, respirable, inmortal,
¡un verso amarillo!
un rosado, un verde y otro azul.
Un verso preñado de todos los versos.

Quisiera un verso
que me hiciera feliz.

Quisiera un verso…

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ESPERA

En medio de la noche ¡la luna!
En medio del pantano ¡la flor!
En medio de la tormenta ¡tú!
Yo me sumo al derroche y la espuma.

Yo soy noche, pantano y tormenta,
y tú eres tú, la luna y la flor.
Pero espera que yo seré ¡sol!

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LA LUZ DEL MAL

La noche se oculta detrás de la claridad,
quiere esconder sus garras rojas,
las flores de sus fechorías,
la leche de su ataque,
la luz desgarradora
del dolor que se atraganta.

Hay un grito que se troncha
en los dientes del silencio,
un beso que se enfría
en las sienes del cansancio,
una energía que camina
por el desierto del amor.

Un camino se detiene
en la puerta de la impotencia.

Una mirada veo que se apaga
en el brillo carroñero
del espanto que se alza
sobre el cráter abismal
del corazón de la existencia.

Las alas del despeñadero
despliegan sus sombras filudas

sobre las tristes fiestas
de los rostros menudos.

¡Qué carcajada más sonora se oye
en el vientre carcomido de una púa
que se hunde en la intemperie
del buen deseo ya bloqueado!

¡Cuánta ternura se ve que arde
en las brasas de una bella flor,
pero peor es el fuego que acaricia
en el cuello de la desdicha!

¡Hoy la luz más oscura se enciende!

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EQUILIBRISTA DEL IDIOMA

Esta tarde te traigo un ramo de estrellas
que cogí en una vendimia de ilusión.

Te traigo la luz de la poesía,
las rosas de mis sentimientos,
el río de mi pasión;
el sueño de mis brazos.

Déjame entregarte estos versos,
mi corazón y mis besos
en un vaso de fortuna.

¿Qué quieres?... Pídeme:
Voy por el huracán…
Por un rayo…
Por un aroma…
¡Miles de sonrisas!
El alma mía en una servilleta, si quieres,
o un mago sobre el filo de mi voz.

Caminaré sobre las aguas del desierto.
Haré flores con las piedras del camino…
Que una monja se divorcie de los santos.

Voy a pintar las orillas de tu amor de azul;
de amarillo los gorgojos de tu risa,
y de rojo el retorno de mis ojos.


Veré una pelota jugar con los futbolistas;
una falda vestirse de desnudez.

Voy a hacer que los poetas
se enamoren de un político.

¿Quieres un verso en silencio?
Escúchalo…

¿Y lo quieres con rima perfecta?
Ahí está…

Voy a lanzar el mar a navegar sobre una botella.
En la punta de un arma secaré
las prendas más íntimas de la fraternidad.

Seré un equilibrista del idioma.
Haré que el hambre me coma
y que otros sufran de abundancia.

Recogeré un fragmento de oscuridad del piso
y lo colgaré en la pared de mi desmemoria.
Agarrarré manojos de claridad de luna
y los ataré con los versos más delgados.

Haré panqueques de cantos de gallos
y me elevaré en las bur-bur-bur-bujas del sexo.

Del ombligo hacia abajo subiré el fuego
en dos maquetas de hielo.

Cortaré un cuchillo con el filo de mi paz
y llevaré a cuestas una nube de ilusión.

Me montaré en el sonido de un tropo
y retozaré en el reflejo invisible
de una fragancia matinal laminada.
¿Qué más quieres?
¿Quieres que no te quiera?
¡Eso es imposible!
 

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SOLOS

Un día,
en un momento ignorado,
en un sitio aún desconocido,
por alguna circunstancia imprevista,
nos vamos a sentir solos,
a sentir el abrazo de la tristeza,
ahogados en su mar inmenso.

Andaremos en un desierto infinito y árido.
Vamos a arañar el gran vacío,
a hundirnos en la inutilidad,
a recostarnos en la impotencia,
a encender el fuego del hastío.

Un día,
amarrados al tiempo interminable,
morderemos guayabas amargas
sentados de manera incomprensible
en torno de una mesa anchísima
con una espantosa silla solitaria.

Vendrá la soledad más sola que existe,
aunque no lo deseemos y nos opongamos,
un día.

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MIS AMIGOS

Hoy reúno a mis amigos.
Abro la caja y los cuento.
A algunos no los encuentro.
¿Qué pasa? ¿A dónde se han ido?
Sepan que no los olvido.
Vuelvan cada vez que puedan
o escriban si es que se quedan.
Mejor sería encontrarnos
y hacer bromas y apoyarnos.
Los quiero. Ya no se pierdan.

 

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EL SOL DE ORIENTE

Muy confiado salió de oriente
predispuesto a enfrentar al mundo,
luchar y corregir el rumbo.
Iba con el sol en la frente.

El destino desconocido
representaba enorme reto,
era imponente y de concreto,
pero iba sin miedo el jodido.

Claro que dejar su país
con los atractivos paisajes,
volcanes, lagos y celajes;
marimbas, güipiles, maíz…

Para nada le parecía
de la familia separarse;
mas él pidió al toro treparse
y ya nadie lo detendría.

“Voy a echar penca – dijo el macho–
que esta vergüenza me la espanto,
por que este pie que yo adelanto
lo pego sin ningún empacho”.

“A todos voy a demostrar
porqué soy de tierra caliente,
donde además de un ser valiente,
un buen hombre van a encontrar”.

Y así lo hizo el compa oriental,
consiguió lo que se propuso,
y volvió como lo dispuso:
¡con sonrisa primaveral!

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COLECCIÓN

Quiero un hilo literario,
una pita poética,
para cubrir tu cuerpo bendito,
para admirarte, bonita.

Un hilo de palabras tejer
e ir suave por tu piel,
rosado pétalo de miel,
adornándote bien, mujer.

Los nombres de escritores
serán nudos en secuencia,
con los versos colocados
entre cada eminencia.

Colgarán de tu figura
cual perlas más hermosas,
expresándote preciosa,
mi desborde de locura.

Me detengo un momenTito
a jugar con tus cabellos,
un Neruda yo me quito
para hacértelos más bellos.

Un Bécquer de diadema
cuidadoso te lo pongo
y una cola divertida
de Márquez te propongo.

De gancho un Darío
enamorándote al oído
y a la derecha un Asturias
como listón de alcurnia.

Con Martí hago brotar
en tus claros ojos flores
Y con Cortázar en los labios
te pinto mil colores.

En tu rostro de encanto,
Allende de tus cejas oscuras,
con Borges me adelanto
¡en tu nariz, hermosura!

A Rulfo acuesto relajado
en tus mejillas de seda
y luego en el mentón se queda
un Cervantes instalado.

Se deslizan por tu cuello,
los hombros y los brazos;
y del tronco hasta los pies,
grandes como Andrés Bello.

En tus volcánicos senos
se imponen otras plumas:
Benedetti, Cohelo, Verne;
Alighieri, Sábato y Dumas.


En tu ombligo juguetean,
como abejas en panal,
Saramago, Echenique, Whitman;
Kafka, Hesse, Octavio y Mistral.

Otro torrente de literatura
por tu espalda hago descender:
Lorca, Víctor Hugo y Allan Poe;
Dickens, Dostoievski y Flaubert.

En la más llamativa ondulación,
otra inspiración maravillosa:
con Chejov, Proust y Grass;
Mark Twain, Elliot y Llosa.

Después, una vuelta ansiosa,
enfrente, a la luminosa fuente,
al codiciado monte de venus,
al refugio soñado y deseado;
una zambullida con Goethe,
Tolstoi, Hemingway y Camus;
Rushdi, Pessoa, Gogol y Fuentes;
Ovidio, Homero y Virgilio.

Caricias dobles en tus muslos,
bajando, con ganas de subir,
te prodigo feliz con Faulkner
y el fértil William Shakespeare.


Por fin, al pie de la letra
y de tu figura esbelta,
los versos más finos,
el corazón de la lírica
que vierte cada poeta,
explotan en múltiples colores
transformándote en fantasía
que ha llegado al alma mía
como una veloz saeta.

Susan Sontag, Quiroga, Bertolt Brecht;
Sor Juana, Séneca, Amado Nervo;
Petrarca, Isaacs, Sófocles;
Gallegos, Quevedo;
Moliere, Boccacio;
Arreola, Gasset;
Machado,
Kertész,
...